Historia del Vehículo que lleva a los orígenes

La importancia de conocer las vidas anteriores cobró importancia hace unos 2500 años, cuando el Buda histórico, tras revivir sus vidas anteriores, llegó a Gautama Sidharta y alcanzó la Iluminación final. En los textos canónicos esta experiencia nos confiesa lo siguiente:

«En este profundo estado mental, purificado, puro, vaciado de todo pensamiento, con un alma apacible, llena de compasión, estable, tranquila, dirigí mis pensamientos hacia la capacidad de recordar existencias anteriores. Recordé muchas vidas anteriores, vidas diferentes, como sigue… «

Puesto que Buda concedía gran importancia al conocimiento de las vidas pasadas, huelga decir que los monjes que formaban parte de la orden fundada por Él, también se esforzaban por recordar las vidas pasadas. Los esfuerzos que hicieron los monjes para liberarse del sufrimiento se apoyaron en sus propias experiencias, que sirvieron de base a los métodos que desarrolló.

Para comprender el significado especial de la serie de reencarnaciones, debemos reconocer los momentos importantes en el proceso de Ilustración de quien fue declarado fundador de una religión, pero él, más que probablemente, estaba lejos de considerarse así.

Después de que -el Buda histórico, el príncipe Sakya, llamado Gautama Sidharta- se enfrentara al sufrimiento humano, decidió abandonar el palacio real, donde había nacido. Para alcanzar la liberación del sufrimiento, durante siete años, guiado por las enseñanzas recibidas hasta entonces, lleva una vida de austeridad llevada al extremo, sin embargo, no encuentra su paz interior. En un momento dado, completamente debilitado, se da cuenta de que si sigue ayunando, morirá sin alcanzar el objetivo último, el estado de buda. Entonces, dice la leyenda, escucha el consejo de un músico dado a su alumno: «si estiras demasiado la cuerda se rompe, si no la estiras lo suficiente no suena bien». Tras aclarar las confusiones de las enseñanzas que recibió de sus primeros mentores sobre el sistema del yoga, las inserta en sus…

La tradición budista dice que en una noche de luna llena, a la edad de 35 años, sentado bajo el árbol Bodhi, Gautama Siddharta comienza a experimentar el proceso de la iluminación final. Pero cuando aparecen los primeros resultados, Mara, la reina demonio -que no es ni más ni menos que la creadora del Ego humano- envía a sus tres hijas: la pasión, los placeres corporales y la aversión, para seducir al Buda e impedirle que alcance su objetivo. Pero consigue mantener la mente perfectamente concentrada y con ello cesan las tentaciones de cualquier tipo. Después, se despliega ante él la serie de sus innumerables vidas y todas las formas intermedias de existencia.

Más tarde, confiesa la experiencia de la iluminación a sus discípulos más cercanos de la siguiente manera:

«Este conocimiento me fue revelado por primera vez en mitad de la noche. En este profundo estado mental, purificado, limpio, vaciado de cualquier pensamiento, con un alma gentil, llena de compasión, estable, tranquila, dirigí mis pensamientos a la capacidad de recordar existencias anteriores… Recordé muchas vidas anteriores, diferentes, … Estaba en ese lugar, … ése era mi nombre, … Nací en esta familia, … en esta casta, … que era mi ocupación, … éstas fueron mis alegrías y mis penas, … así terminó mi vida, … saliendo de allí, nací en otra parte.

así recordaba mis innumerables existencias, su clase y carácter … Como resultado del incansable esfuerzo, la ignorancia se disipó, apareció el conocimiento, desapareció la oscuridad, apareció una luz. Y el sentimiento de alegría, así nacido, no aprisionó mi pensamiento… En este estado mental, purificado, limpio, vacío de todo pensamiento, con el alma apacible, lleno de compasión, estable, tranquilo, dirigí mis pensamientos hacia la percepción de la partida y el renacimiento de todos los seres… «

Lo que es muy importante en la historia del conocimiento de las vidas anteriores es que la experiencia vivida durante la iluminación tuvo un impacto tan fuerte en él que en sus conferencias el Buda no dejó pasar ninguna oportunidad de recordarla, prueba de que consideraba esta capacidad de recordar sus vidas anteriores como una ayuda importante en los pasos dados en el Camino de la Iluminación.

Como he mencionado antes, dado que Buda concedía especial importancia al conocimiento de las vidas anteriores, huelga decir que los monjes que formaban parte de la orden fundada por él también se esforzaban por recordar las vidas anteriores. Los esfuerzos de los monjes se vieron respaldados por los numerosos métodos que desarrolló y que, basándose en sus propias experiencias, sentaron las bases de métodos prácticos para ayudarles a alcanzar su objetivo final.

El siguiente fragmento forma parte de las enseñanzas públicas de aquel periodo:

«Deja que el monje dirija su espíritu centrado y purificado,
iluminado, para recordar los lugares en los que un
vividas en vidas anteriores. Para recordar los lugares
desde de una vida anterior, de dos, tres, cuatro, cinco,
cien, mil, cien mil vidas […]
de diferentes épocas de lo creado y lo increado «.
(Prajna-paramita-sastra)

Por las razones antes mencionadas, en las prácticas del budismo primitivo se daba especial importancia a la técnica de la regresión en el tiempo, manteniéndose en gran secreto sobre todo para los grupos rivales. Esto explica el hecho de que los que conseguían ver sus vidas anteriores eran tratados con gran respeto. Los escritos antiguos concretamente no revelan nada de la enseñanza con la que es posible acceder a vidas anteriores, sólo mencionan de pasada que se trata de un conocimiento «sobrehumano» llamado «Pratiloma».

Los budistas occidentales contemporáneos saben muy poco sobre las prácticas de acceso a las vidas pasadas. Este fenómeno puede explicarse por el hecho de que, en vida de Buda, las enseñanzas sobre el Pratiloma sólo se transmitían oralmente, pues a los monjes no se les permitía escribir nada. Los textos canónicos de aquellos tiempos sólo dan vagas indicaciones de que, en la primera etapa, el practicante debía realizar el recuerdo del momento del nacimiento, respectivamente, el estado intrauterino. Los que eran capaces de poner en práctica correctamente la enseñanza de la regresión en el tiempo se llamaban jattsari, «los que recuerdan el nacimiento».

Debido a este hecho, en la medicina budista tradicional tenían conocimientos muy detallados sobre la condición intrauterina y las enfermedades que pueden afectar al ser humano en esta etapa del desarrollo.

En aquella época, los monjes budistas creían que con la ayuda de los métodos de Pratiloma, viajando en dirección opuesta al flujo del torbellino del Samsara, el jattisari podría penetrar aún más profundamente en los misterios de la existencia. Podían acceder al estado de «tiempo sin tiempo». Los escritos sagrados sugieren que el «Camino a los Orígenes» de Pratiloma-Yana les permitía invertir mentalmente el orden directo de los elementos que componen la cadena causal y alejarse gradualmente del momento presente, mirando en dirección a los comienzos.

El término «pratiloma» como capacidad de evocar el pasado, puede interpretarse en un sentido mucho más amplio, por ejemplo, tiene como correspondiente en la enseñanza sufí islámica, la palabra «dhikr», que significa «memoria verdadera».

Como he mostrado, en las primeras enseñanzas budistas, la capacidad de recuerdo desempeña un papel extremadamente importante. La filosofía budista define el acto de caer como un acto de olvido, ¡afirmando que los dioses también pierden su existencia como dioses y decaen cuando se perturba su memoria! Por esta razón, el budismo ortodoxo considera el estado difuso> olvido> ignorancia> y la caída en el vórtice samsárico, que se suceden, como estados sucesivamente degradados de la existencia.

Pero volvamos a la antigua India y al budismo primitivo.

Se sabe que en las seis Ciencias Superiores (sánscrito-abbijna) de la India se menciona la capacidad de recordar vidas pasadas. En la clasificación de otros sistemas yóguicos, este resultado obtenido por el yogui es el primero de los Tres Conocimientos (sánscrito vidya) o la octava capacidad paranormal entre los «poderes de la sabiduría» (sánscrito, siddhi).

Y Patanjali, el creador del sistema Ashtanga Yoga, enumera la capacidad de acceder a vidas pasadas entre las «perfecciones necesarias».

La regresión en el tiempo, la ciencia de recordar existencias anteriores -como técnica de iluminación- fue tenida en gran estima y secreto por el budismo primitivo. Los que conseguían alcanzar el «Despertar hacia atrás» se ganaban un gran respeto y admiración entre los monjes. Al mismo tiempo, debemos recordar que en las comunidades donde se conservaban las tradiciones espirituales, al nacimiento se le daba un significado más amplio, considerándose la venida al plano terrestre idéntica al momento de los comienzos de la existencia humana.

En conclusión, podemos decir que en el Pratiloma Yana -que hunde sus raíces en el Budismo arcaico- podemos encontrar aquellas enseñanzas a través de las cuales, con una mente concentrada, el practicante retrocede progresivamente en el tiempo, revive sus encarnaciones anteriores y, finalmente, puede alcanzar «el primer momento de los opuestos», y quien consigue pasar también este momento, entra en el Presente Eterno.

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